La fe como derecho original, además de la definición edénica, expresa el entendimiento de que, a todos, desde la concepción hasta el nacimiento, se les ha otorgado el derecho a ejercer plenamente la fe en Dios. Este derecho ahora se ejerce a la luz de la madurez y la capacidad de discernir las cosas y puede ser alentadas por la religión, sin embargo, no debe estar en posesión de la religión.
En este contexto, las religiones deben construir una relación armoniosa entre los hijos e hijas de Dios, llevándolos a una espiritualidad sana. Sin embargo, la mayoría de las religiones y sus diferentes segmentos, construyen una relación con el ser humano a través de contradicciones y conflictos, basando sus enseñanzas estrictamente en la vida eterna con Dios (cielo) y la vida eterna sin Dios (condenación eterna). Y en este contexto, la condenación eterna se convierte en el instrumento opresivo para hacer que la gente elija el cielo y luche por él.
Los efectos de esto son claros cuando nos separamos de personas que pasaron toda su vida en una iglesia, porque no querían ir al infierno, y llegaron a la conclusión de que no podían cumplir con los requisitos establecidos para aquellos que quieren ir al cielo. Decepcionados, decidieron abandonar la vida religiosa aceptando la condición de no dignos del cielo y, en consecuencia, destinados a la condenación eterna.
La población LGBTQ+ estuvo y está afligida por la dualidad entre cielo e infierno, y muchas personas con abreviaturas se entregaron a la vida disoluta, porque estaban convencidas de que no son hijos e hijas de Dios. Convencidos de que el cielo no es para ellos, comenzaron a rechazar cualquier posibilidad de ejercer su fe, incluso en ambientes donde son aceptados y celebrados cuando lo son.
La “Afirmativa de Fe” se posiciona como un instrumento teológico que tiene como objetivo deconstruir concepciones teológicas centradas en la salvación meritocrática, fundamentando la fe en principios fundamentales y universales de la fe. Este instrumento desarrolla el papel reparador y al mismo tiempo persuasivo de la salvación universal y estrictamente expiatoria en Jesucristo.
Entre las aplicaciones de la Afirmativa de la Fe podemos destacar el uso de términos que expresan verdades bíblicas sobre nuestra filiación, salvación y ejercicio de la fe. Generalmente, estos términos se usan en sermones, en estudios bíblicos o están presentes en forma escrita en el mural de la iglesia, en la recepción o en el templo (algo muy visible). Vea algunos ejemplos de Afirmativo de fe:
- ¡Hijos e hijas de Dios, bienvenidos!
- ¡Somos preciosos para Dios!
- ¡No hay condenación para los que están en Cristo Jesús!
- ¡No nacemos de la voluntad de la carne, ni de la voluntad humana, sino NACEMOS DE LA VOLUNTAD DE DIOS!
- ¡El Espíritu comunica a nuestro espíritu que SOMOS HIJOS DE DIOS!
- ¡Todos los que aman son nacidos de Dios!
- ¡Hay sitio en la mesa para todos los nacidos!
Estos ejemplos anteriores se utilizaron en la predicación y los estudios bíblicos, desde el principio, como parte de la introducción. En ellos se percibe el tono de la “Afirmativa de fe”, inyectando información necesaria e indispensable para el pleno ejercicio de la fe.
La fe como derecho original debe ejercerse y la Afirmativa de Fe tiene como principal objetivo crear el ambiente ideal para este ejercicio.
Texto: Reverendo Marvel Souza (marvelsouza@gmail.com)
muy importante documento
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